La Historiadora

Elizabeth Kostova

Elizabeth Kostova es una autora que transforma la historia en relatos llenos de misterio y profundidad emocional. Con su novela debut, La Historiadora (2005), nos llevó de la mano por un viaje entre bibliotecas antiguas y los oscuros secretos de Vlad el Empalador, mezclando el pasado con los lazos familiares y el romance. Su amor por los libros y la historia se siente en cada página, y su conexión con Bulgaria, donde ambienta varias de sus historias, le da una autenticidad que atrapa y conmueve. Además, a través de su fundación, impulsa a escritores y traductores, dejando un legado más allá de sus obra

Conoce a la Autora

Reseña

En un rincón olvidado de una biblioteca, una adolescente encuentra un libro antiguo. No tiene título, pero guarda un símbolo: un dragón alado. Dentro hay cartas, mapas, secretos. Así empieza La historiadora, una novela monumental que no solo revive el mito de Drácula, sino que lo reescribe desde el poder de la memoria, la investigación, y la transmisión femenina del conocimiento.

Elizabeth Kostova, en su primera novela, traza una línea que une siglos, archivos, ciudades y vidas. La protagonista —que nunca es nombrada— sigue la búsqueda que inició su padre, y este a su vez la que inició su mentor. Pero lo que parece una investigación académica sobre Vlad Tepes, el real y brutal príncipe que inspiró al vampiro más famoso de la literatura, se convierte en una historia sobre cómo las mujeres también heredamos historias —y también las reescribimos.

La voz de la narradora es contenida pero feroz: nos lleva de monasterios en Bulgaria a bibliotecas en Estambul, de universidades en Europa del Este a cartas escritas con tinta desvanecida. Y en cada página, surge una pregunta que vibra en el corazón de ellasxella: ¿quiénes escriben la historia y a quiénes se les ha impedido hacerlo?

Aunque La historiadora no se anuncia como una novela feminista, su estructura la delata: las mujeres están en el centro de la historia, como archivistas, como lectoras, como transmisoras del conocimiento. La madre ausente de la protagonista se convierte en una figura central, incluso desde su silencio. Como si Kostova nos dijera: lo que no se dice también forma parte del archivo.

Leer a Kostova es leer a una autora que honra la lentitud de la escritura, el trabajo de investigación, el respeto por la historia y la tensión narrativa del suspenso. Pero es también leer a una mujer que se atrevió a contar una historia épica sin dejar de lado las emociones, los vínculos, las pérdidas.

Para ellasxella, esta novela es un recordatorio poderoso de que el saber no es neutral: tiene cuerpo, tiene género, tiene memoria.

"Quizás toda historiadora es una huérfana buscando la voz de su madre entre líneas."
Frase destacada ellasxella:

📖 Sinopsis con alma:

Una joven encuentra un libro antiguo con un símbolo misterioso y cartas que hablan de un oscuro legado: la búsqueda de Vlad el Empalador, el verdadero Drácula. A medida que se adentra en los secretos que su padre le dejó, reconstruye una historia oculta entre bibliotecas, archivos, monasterios y ciudades europeas. Pero este viaje no es solo histórico, es profundamente íntimo. Lo que parece una investigación académica, se transforma en una exploración sobre el poder de la memoria, la voz femenina en la historia y el vínculo irrompible entre generaciones de mujeres.

🪞Lectura desde lo femenino:

Kostova no solo escribe una novela histórica de suspenso: escribe una carta de amor a las mujeres que investigan, que leen, que preguntan. El personaje central —una hija que sigue las huellas de su padre, pero encuentra las de su madre ausente— reescribe la típica figura del historiador masculino por excelencia. Aquí, el conocimiento no es neutral: está marcado por el afecto, por el duelo, por la necesidad de reconstruir lo que fue silenciado.

 

🖤 Autora a autora:

Elizabeth Kostova es una escritora norteamericana que tardó diez años en escribir esta novela. El ritmo lento de su escritura se siente en la investigación minuciosa, en la profundidad emocional de los personajes, y en el respeto por la historia como herramienta crítica. Kostova, sin pretensiones feministas explícitas, escribe desde un lugar que nos interpela como mujeres lectoras: ¿Qué verdades heredamos? ¿Qué historia se nos niega? ¿Cómo narrar el miedo sin caer en sus trampas?

 

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