
La Canción de Aquiles
Madeline Miller
Madeline Miller es escritora, académica, profesora, y sobre todo, una rebelde de los mitos. Se formó en Filología Clásica en Brown University y durante más de diez años dio clases de literatura, griego y latín antes de entregarse a la escritura. La canción de Aquiles, su primera novela, tardó más de una década en escribirla. Y no porque no supiera qué contar, sino porque sabía que debía contarlo con el respeto, el dolor y la belleza que merecía.
Miller es una mujer queer reescribiendo mitos que por siglos fueron contados por hombres heterosexuales. Su trabajo no sólo humaniza a los héroes, sino que rescata a los que fueron olvidados, silenciados, borrados. Después de La canción de Aquiles, publicó Circe, otra obra donde la voz femenina toma el centro de la épica. Madeline no escribe para adornar el pasado. Escribe para que lo podamos mirar con otros ojos.
Conoce a la Autora

Reseña
Por Viviana Orozco
Hay libros que no se leen, se viven con la piel abierta. La canción de Aquiles es uno de ellos. Una historia que toma una de las narrativas más épicas de la historia occidental —la guerra de Troya— y la desnuda hasta quedarse con lo esencial: el amor. Pero no el amor idealizado, no el amor para la mirada ajena. Sino ese amor que ocurre en secreto, entre la ternura y el miedo. El amor entre dos hombres que crecieron entre espadas y expectativas. El amor entre Patroclo y Aquiles.
Contada desde la voz suave, sensible y brutalmente humana de Patroclo, esta novela no es sobre héroes invencibles, sino sobre lo que significa ser vulnerable frente al otro. Desde niños, Patroclo observa a Aquiles como quien ve algo demasiado hermoso para tocar. Pero cuando el destino los cruza, el deseo no es inmediato: es paciente. Una espera que se construye entre juegos, miradas, silencios y el reconocimiento de saberse distintos al mundo.
Y es ahí donde el libro brilla con una fuerza única: en cómo retrata el deseo homosexual no como ruptura, sino como destino. No como conflicto, sino como certeza. Sin necesidad de justificar su existencia. Madeline Miller se niega a escribir esta historia desde el trauma del amor queer. Aquí no hay vergüenza, hay entrega. No hay culpa, hay fuego. El conflicto no es amar a otro hombre. El conflicto es amar a un hombre que está destinado a morir.
Porque esa es otra herida que La canción de Aquiles no esconde: que incluso los amores más puros pueden no sobrevivir a la historia. Que amar a alguien no es garantía de final feliz. Patroclo y Aquiles aman con la convicción de quien sabe que el tiempo es prestado. Y lo hacen con gestos mínimos, con la cotidianidad compartida, con los silencios. Hay un fragmento donde Aquiles le acaricia el talón, sin decir una sola palabra. Eso es el libro entero: una caricia en el lugar más frágil.
Lo más poderoso de esta novela no es que reescriba el mito, sino que le devuelva voz al personaje que la historia silenció. Patroclo no es solo el amante: es el narrador, el testigo, el que recuerda cuando todos los demás ya han olvidado. Es su voz —su amor— lo que mantiene viva la memoria de Aquiles. En un mundo donde los héroes son recordados por su fuerza, Miller nos recuerda que el amor también merece una canción.
La canción de Aquiles no es solo una novela sobre un amor entre hombres. Es una elegía. Una oración. Un testimonio de que el deseo, la ternura, el dolor y el amor queer merecen ocupar el centro de los grandes relatos. Con toda su luz, con toda su pérdida, con toda su belleza.











La canción de Aquiles no es una historia de guerra.
Es una historia de amor que desafió a la historia
✨ ¿Quién es Madeline Miller?
Una mujer que reescribe los mitos clásicos desde el deseo, el duelo y el amor queer.
“Él es medio de mi alma, como dicen los poetas.”
“Patroclo y Aquiles se amaron en una época donde los dioses decidían el destino. Y aun así, decidieron elegir el uno al otro. Esta es su canción. Y por fin la escuchamos.”
La canción de Aquiles no es solo una novela sobre un amor entre hombres
Es una elegía. Una oración. Un testimonio de que el deseo, la ternura, el dolor y el amor queer merecen ocupar el centro de los grandes relatos. Con toda su luz, con toda su pérdida, con toda su belleza.
“Preferiría morir a vivir sin él.”
No como hipérbole, sino como declaración: hay amores que sostienen la vida misma.
¿Por qué en ellasxella?
Porque amores como el de Patroclo y Aquiles nos recuerdan que lo íntimo también es político. Porque Madeline Miller no solo escribió una novela sobre el amor entre hombres, escribió una historia profundamente humana sobre el deseo y la pérdida. Porque necesitamos más libros donde el amor queer no sea castigo, sino belleza. Porque reescribir los mitos también es una forma de justicia literaria